A las 7:30 llego el autobús, dejamos las mochilas en el maletero y subimos, llegamos a las 9:30 a Hornachuelos. Allí vimos un vídeo y el centro de visitantes, luego hicimos tres grupos y empezamos a caminar, hasta que paramos a desayunar.
Al principio era un rollo porque hacía mucho calor e ibámos por un camino grande y pasaban coches.
Al principio era un rollo porque hacía mucho calor e ibámos por un camino grande y pasaban coches.
Luego bajamos por un sendero y cruzamos un río por unas piedras para no mojarnos.
El monitor nos explicó muchas cosas. No teníamos casi agua y hacía mucho calor, nos pasábamos la bebida unos a otros y nos dolían los pies de tanto caminar, pero el paisaje merecía la pena. Habíamos pasado por diferentes paisajes donde había encinas, alcornoques, olivos y zonas de siembra.
Por fin llegó la hora de comer, todos estábamos muy hambrientos y encontramos nuestra salvación. El maestro trajo varias botellas de agua del bar, porque estábamos en un parque dentro del pueblo de Hornachuelos. Rápidamente todos nos fuimos al bar y acabamos con los suministros: agua, coca cola, helados..., todo lo que estuviese frío.
Después de la comida, estuvimos un rato jugando en el parque y fuimos a buscar el autobús. De aquí nos marchamos a Córdoba.
Tardamos poco, pero lo suficiente para poder refrescarnos con el aire acondicionado. Al llegar cogimos nuestras botellas de agua que ya habíamos llenado o comprado en el bar y comenzamos a caminar por Córdoba, paseamos por todo el centro y vimos la fachada de la mezquita y otros monumentos, un patio cordobés, el río, etc.
Volvimos a las 21:30 muy cansados.
Por fin llegó la hora de comer, todos estábamos muy hambrientos y encontramos nuestra salvación. El maestro trajo varias botellas de agua del bar, porque estábamos en un parque dentro del pueblo de Hornachuelos. Rápidamente todos nos fuimos al bar y acabamos con los suministros: agua, coca cola, helados..., todo lo que estuviese frío.
Después de la comida, estuvimos un rato jugando en el parque y fuimos a buscar el autobús. De aquí nos marchamos a Córdoba.
Tardamos poco, pero lo suficiente para poder refrescarnos con el aire acondicionado. Al llegar cogimos nuestras botellas de agua que ya habíamos llenado o comprado en el bar y comenzamos a caminar por Córdoba, paseamos por todo el centro y vimos la fachada de la mezquita y otros monumentos, un patio cordobés, el río, etc.
Volvimos a las 21:30 muy cansados.
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